Como cristianos, pasamos por etapas en las que sentimos que el ayer fue más intenso o especial que el momento que estamos viviendo. Nos parece que ya no sentimos tanto la presencia de Dios o su amor.
La canción con la que nos convertimos, aquella prédica en un parque, el estadio donde por casualidad llegaste y te convertiste etc, todos estos recuerdos nos traen nostalgia y quizá nos gustaría volver a vivir esos momentos llenos de emoción y verdad, pero: ¿cómo podemos volverle a sentir?
En el plan del Perfecto estas cosas ya están diseñadas y creadas para poder vivir la vida de una manera constante por medio de los 5 sentidos:
Él limpió el aroma de tu alma con su fragancia:
juan 12.3
María trajo unos trescientos gramos de perfume de nardo puro, muy caro, y perfumó los pies de Jesús; luego se los secó con sus cabellos. Y toda la casa se llenó del aroma del perfume.
Tenemos el deber de saber cambiar el aroma del mundo, dando lo mejor como ofrenda al Señor; de esta manera, no sólo Él es glorificado, sino también nuestras cabezas y todo lo que nos rodea se llenará de un perfume agradable.
¡Sintamos al Señor a través de un olor único!